Hello a todos escrotines, espero que lo hayais pasado bien en este fin de semana, yo es que he estado por el extranjero y no se que ha sido de vuestras vidas (aparte de los que no he dejado de ver ni 3 segundos).
Pues bien, tras 5 intensos días de caminatas, metros, trenes y aviones ya me encuentro de nuevo en el hogar materno y me dispongo a comentaros más o menos los acontecimientos ocurridos con la intención de aburriros lo menos posible ya que hay muchas cosas que contar.
Primero el principio, el jueves ya nos encontrabamos en el aeropuerto Leti, Yeyo y yo esperando a los otros tres compañeros de viaje que venían en coche con el hermano de Marinha lo cual nos dejaba la preocupación de si llegarían o no (vivos), más que nada porque Pablo tenía nuestros billetes, perdón, folio impreso en casa en el que ponía que ibamos a subir a un avión. Todo fue como la seda, embarque, despegue, aterrizaje, tren que nos llevaba hasta Londres, todo hasta que llegamos a nuestra búsqueda de Hostal en la cual tras preguntar con una soltura perfecta de inglés (perfecta para 1º de E.G.B. e incluso ya forzada para los de 2º) a unos cuantos ingleses que nos marearon como quisieron me tuve que ver obligado a llamar a casa para que el hermano de un amigo de mi madre que vive en Londres pero que ahora estaba en Méjico... me pudiera indicar donde cojones estaba.
Tras el hallazgo para nuestra tranquilidad de saber donde íbamos a dormir cometí el primero de mis errores (que no el único de todo el viaje por supuesto), una vez semi-instalados en nuestro Hostal pues decidimos ir a hacer unas minicompras para lo que restaba del día (palillos para las latas más que nada) y cual fue mi error al pensar, está aquí al lado la gasolinera pues ya voy como estoy, es decir, con calcetines con chanclas (coincidió, no penseis mal) y con una camiseta, total dentro se está muy calentito. Pues bien resulta que en la gasolinera no había palillos así que nos fuimos en busca de otro sitio que nos había indicado el indio de la gasolinera, decir que casi rompo la camiseta con mi super brújula que marcaba tan bien el norte que podría cortar filetes con los pezones (metafora real para indicaros que hacía un puto frío que casi no llegamos de vuelta), todo este crasso error llevó como consecuencia que estuviera los 4 días siguientes con un exceso de mucosa nasal que a su vez llevó como consecuencia que gastara miles de clinex y estornudos lo que a su vez llevó como consecuencia que un día debido a su abuso casi me muero desangrado por la nariz. Recalcar que tampoco es que yo sea el hombre más friolero del mundo como todo el mundo sabe pero todos estamos de acuerdo creo yo en asegurar que en nuestra vida habíamos pasado tanto frio como estos días en Londres, llegando al límite de preferir estar muertos a estar en la calle.
Vamos a asistir al primer fotomontaje mental de la historia, imaginaros ésto pero con edificios como los de Londres, con Metros como los de Londres y conmigo en camiseta.
Como han sido muchas las cosas que hemos visto y que hemos hecho no las voy a contar en un orden riguroso cronológico porque la verdad es que ni me acuerdo. Comentar que aunque la gente no confiara en ello hemos sido unos grandes turistas y nos hemos recorrido practicamente todo Londres visitando todos sus monumentos y zonas de interés así que abreviaré lo más posible.
Destacar que subimos al Ojete de Londres (London Eye) que es esa noria inmensa desde la que ves toda la ciudad, la verdad es que no me maravilló mucho, sería que al verla tan grande esperaba algo más, aunque eso sí para subir a ella esperamos una cola de casi un kilómetro y eso que las entradas las teníamos desde el día anterior.
Se comenta que subir al Ojete de Londres un día con mucha niebla es como si cogieras 13 euros y los tiraras al suelo... ups, si es lo que sería porque no verías nada de nada. Otra cosa típica y que por supuesto no nos podíamos perder era el famoso cambio de guardia del palacio de Buckingham y que como era de esperar también fue un poco caca de la vaca, la plaza estaba a rebosar de gente y todo el mundo espectante cuando de repente llega un grupo de trompetistas y gaiteiros seguidos de unos tipiños con fusiles, entran en el palacio y... y ya, ya está, acabó. Bueno eso tampoco es del todo cierto porque dentro donde debido al ingente número de curiosos era imposible ver nada los tipiños seguían tocando lo cual sí que merecía la pena escuchar (en serio) me encantaron dos de las canciones que tocaron y que podría incluso compararse con el gran Goran Bregovic (quería encontrar esas canciones pero por supuesto no las tiene ni Cristo ya que no hay gente tan friki como yo en el mundo), por cierto hubo alguno de los tipiños que se acercaba a la verja y ¡hablaban con la gente! tendré que incluir ésto a mi lista de leyendas urbanas.
Llamé a mi amigo Charles pero tenía que hacer había quedado con Camila y no les pude enseñar el palacio por dentro a mis amigos. Fuimos a ver el famoso Puente de la Torre (por el nombre no tendreis ni idea quizá pero si lo veis lo sabreis) y allí unos metros antes ocurrió lo que tanto me temía que ocurriera, empecé a sangrar como un descosido por la nariz durante más de una hora así que me metí en un baño en el que el único papel que había allí parecía el papel cartón que te dan en las panaderías para meter la barra (pobre del que tenga que hablar con Roca allí porque posiblemente no se vuelva a sentar en un mes). Hacer un inciso aquí y comentar que ahora mismo tengo un algodón en la nariz porque algunas frases antes he vuelto a sangrar por la nariz (muy a mi pesar tengo que ir al médico porque no es normal y peligra mi vida a este ritmo).
Ya que pongo el puente comentar que el río es un Lagares pero a lo gigante porque tiene mierda de todo tipo imaginable. En Londres conseguí acercarme a entender lo que significa el concepto del infinito conjugado con las aventuras gráficas (esas en las que depende de lo que hagas en el juego dependerá que final alcances), estuvimos en el mercado de Camden un "mercadillo" en el que hay entre tiendas y puestos unos 5.000 y eso que no recorrimos ni la mitad (digo yo porque nunca sabías lo que había delante ni veías el final y depende de por donde te metieras aparecías por un lado u otro). La verdad es que el ambiente era bastante particular, dominaba sobre todo con diferencia el cuero, combinado con piercings, melenas, tatuajes y caras pálidas y mezclado con miles de turistas. Y como no puedo evitar ser el centro de atención y siempre quiero que la gente tenga algo de lo que reírse pues tuve que hacer la subnormalidad del siglo y hacerme pasar por tonto y comprar un regalo, hasta ahí todo normal si no fuera porque quizá el precio del regalo fuera de unas 20 veces menos de lo que pagué (ésto es una exageración porque el regalo es bueno y no era para tanto la risa y humillación de la gente... eso sí el hombre al que se lo compré dormirá con una sonrisa en la cara hasta la semana que viene).
Quien encuentre a Wally en este mercado se merece un pedestal y toda una plaza para él solo. Uno de mis momentos críticos en Londres fue el momento en el que casi me revienta la vejiga tras tomarnos unas famosas Pintas inglesas, la última en 2 minutos ya que la camarera nos estaba echando del Tipical Pub inglés, después de un viaje de vuelta a casa en uno de esos maravillosos autobuses rojos de dos pisos londinenses de 40 minutos creí que me iba a mear en los pantalones, y ésta no sería una anecdota increíble si no pensase que realmente me iba a mear en los pantalones corriendo por la calle camino del Hostal la cual podría considerar el momento más crítico de mi vida vejiística.
Muy grande y muy bonitos sí, pero el día que pongan unos baños dentro salvarán miles de vidas.
Nuestra alimentación básica fue el pan de molde, comíamos sandwiches todos los días de pan de molde, el pan que utilizábamos para las latas era de molde, los desayunos los tomábamos con tostadas de pan de molde, calculo que entre estos tres momenots alimenticios nos debimos tomar alrededor de unas 56000 rebanas de pan. ¿Y qué hice al llegar a casa? Pues una cosa que no tenía pensado hacer hasta el 2008, tomar un puto sandwich de pan Bimbo, que triste.
Ya estoy pensando en como hacer pato a la naranja pero sin pato y sin naranja sólo con pan de molde, no sabeis para cuantas cosas da...
Por cierto se comenta que es imposible tomarse dos rebanadas en menos de un minuto.
Tras miles de visitas a cientos de lugares como la catedral, el puente del Milenium, el Museo (en el que estuvimos horas para no ver mucha variedad), Picadilly (la famosa esquina en la que están unos carteles gigantescos de publicidad electrónicos), el famoso Big Ben en el que se inició el univeros (¿era algo así no?) y entre otras la calle de Vigo (en obras por supuesto, no es coña) pues llegó el fin de nuestra despedida Londinense también llamado el día que no fui en barco, porque es lo único que nos faltó practicamente.
Y pensar que tooodo se inició con la explosión de un reloj da para pensar un rato, quizá lo de la extincion de los dinosaurios sería porque había que darle cuerda, vete tu a saber. Salimos del Hostal para coger un metro que enlazaba con otro metro para llegar a la estación de tren que nos llevaba al aeropuerto donde cogimos el avión que nos llevó a Santiago donde cogimos un autobús que nos acercó a la estación de tren para coger un tren que nos llevó a Vigo... fui a casa andando aunque con dos mochilas que pesaban lo suyo pero ya no quería mas transportes. Aunque en uno de estos múltiples transportes pasé creo yo que el peor momento de mi vida (cuanto más presente es, más grande te parece un acontecimiento por eso de que olvidas muchas cosas, pero realmente creo que nunca lo pasé tan mal en mi vida como hoy en el avión). A mi el avión no me da el más mínimo miedo la verdad, tengo más cuando voy en coche por la autopista, incluso me hace gracia la sensación de cosquilleo del despegue, pero realmente pasé miedo por mi salud desde unos 15 minutos antes del aterrizaje hasta parar el avión y aún algún rato más (15 minutos que me parecieron horas), llegué a pensar realmente que me iban a reventar los oídos era la sensación de tener dos canicas en los oídos que cada vez se hacían más grandes, creo que nunca lo pasé tan mal en mi vida, ciertamente pensé que me iban a reventar o que me iba a dar una embolia, además uno de los oídos se me llegó a destaponar lo cual aún fue peor porque el dolor se me extendió al ojo izquierdo y parte de la nariz, de verdad que no puedo explicar el agobio que me dió porque un dolor es un dolor pero yo tenía hasta miedo de que me pasara algo.
Pero bueno quitando ese mal momento, la gripe, lo de sangrar y lo de que casi me revienta la vejiga fue un viaje muy bueno en el que vi una ciudad inmensa y en la que monté en miles de metros, como dato estadístico comentar que hay muchísimas razas diferentes de gente aunque están bastante estandarizadas con su trabajo, el 90% de conductores de autobuses eran negros, y la gran mayoría de gente que llevaba un chaleco de colorines puesto (que eran unos cuantos) no tenían mucha pinta de ingleses ingleses, y por supuesto como no, cada siete personas que escuchabas hablar una era un turista español.
En fin que tengo más de dos horas de cinta grabada que no se que hare con ella porque me va a resultar imposible meter en el ordenador así que tardaré unos cuantos siglos en verla y ordenarla.
Saludos de Escrotín que se olvida de miles de cosas y que espero que hayais llegado al final de la entrada sin bostezar mucho.
God save the Queen.
Nota: todas estas imágenes son cogidas de internet no son hechas por nosotros.